Ulises Martin Ibarra

Esta es mi página personal. Trabajo en http://geoytopo.com

Tiempo perdido y elegir el camino correcto

Posted at — Nov 17, 2022

De qué trata:

Inicio de carrera profesional

Hace algunos días escuché en un podcast llamado INDUSTRIFICADOS, decir al invitado, palabras más o menos, que cuando a los 16 o 17 años que elegimos una carrera profesional a menudo lo hacemos por dar gusto a nuestros padres o que indirectamente ellos la eligen. Yo he pensado que justo que en mi caso, que a los 17 que elegí el “área I” (uno) que es el área “físico-matemática” en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM, e igualmente lo hice sin una clara idea de hacia donde ir. Lo que hice en ese tiempo fue preguntar a mi Padre que le parecería bien que yo estudiara, y me dijo que él elegiría una carrera técnica. Algo así “Mijo, tu escoge lo que quieras, pero yo elegiría una carrera técnica, como Ingeniería”.

Entonces me debatía entre lo interesante de la biología, mi gusto por el dibujo y mi interés por las cosas que me parecían bien diseñadas. Así que elegí darle gusto a mi padre, quizás a mis padres, que supongo que con las mejores intenciones me decían “de que vas a vivir si estudias Biología, de maestro?”. Supongo que les parecía que un profesor no podría tener un buenos ingresos y eso les preocupaba. Y pues como decía, elegí darles gusto, y pensé que si estudiaba ingeniería mecánica podría diseñar objetos de todas maneras. Eso más bien se hace, según entiendo, en diseño industrial pero no lo sabía. Pues de ahí en delante todo fue tropiezo, malestar, auto lavadas de cabeza por tratar de que me gustara lo que no me terminaba de gustar o quizás no es que no me gustara pero tampoco saltaba en un pié de gusto por estar en ingeniería mecánica en la FES Cuautitlán Campo Cuatro, en IME (Ingeniería Mecánica y Eléctrica).

Me tocó pues en el plantel FES Cuautitlán Campo 4 y como yo vivía a unas cinco cuadras de la estación de Metro Portales, estaba seguro que era objeto de un plan macabro que consistía en asignar a los estudiantes los lugares de estudio más lejanos de sus viviendas, con el único fin de que desertaran, de que bajara la matrícula. Mi Padre me sugirió que me fuera a vivir a Cuautitlán, que estuviera allá toda la semana y que me concentrara en el estudio. Que él se había venido de Mazatlán Sinaloa y que no pasaba nada, no había nada de malo en mi nueva situación. Que era mejor vivir cerca de la escuela que invertir de 4 a 5 horas en el transporte. Pero yo no lo entendía así, me parecía un crimen. No entendía que tenía una enorme oportunidad. Mi privilegio me cegaba.

Así que no me apasionaba la Ingeniería, no me gustaba el campus, me quedaba lejísimos y todo eso alimentaban el pensamiento recurrente de que estaba perdiendo y desperdiciando vida. Entonces se me ocurrió la muy mala idea, pero según yo grandiosa, de hacer un cambio de carrera a una que sólo hubiera en Ciudad Universitaria (CU), y como seguía sintiéndome comprometido con darle gusto a mi padre o a mis padres, elegí Ingeniería Topográfica y Geodésica. Al menos debería quedarme cerca la escuela y gustarme el campus. ¿A quién no le gusta Ciudad Universitaria? Mi plan era perfecto: “una vez estando en la Facultad de Ingeniería (FI) en CU podría hacer un cambio interno de carrera y volver la Ingeniería Mecánica”. Y si, efectivamente hice el examen de colocación, me quedé en esa ingeniería y no, no había cambios internos así que la estudié completita.

Nota:Aclaro que no es que el Campo 4 fuera un lugar desagradable, es que yo no entendía yo que no estaba en haciendo lo que tendría que hacer, que era responsabilizarme de tomar a decisión de elegir la carrera profesional que a mí satisficiera. A pesar de prescindir del agrado de los demás.

Ya estando en la FI busqué el cambio interno de carrera, solicité audiencia con el Director, con quien no pude hablar, pero si hablé con quien debió ser Secretario Técnico o de Asuntos Escolares. Y la respuesta es que no había manera por que el reglamento general o no se cual de todos reglamentos de la UNAM no lo permitían.

Pues mientras estudiaba las asignaturas de Ciencias Básicas, que son físicas y matemáticas, todo estuvo bien, que fueron los dos primeros años de la carrera. Pero una vez pasando al segundo y tercer bloques que conformaban el plan de estudios, sentí que el camino se tornaba cuesta arriba. Había materias muy interesantes como Fundamentos de Geología, Cartografía, Sistema de Coordenadas en Geodesia, Geodesia Geométrica, Geodesia Física, Hidráulica Básica, Sistemas de Información Geográfica, Percepción Remota, pero otras me parecían muy sencillas, muy básicas o muy aburridas y eso me entristecía. Luego entendí que estaba teniendo una actitud incorrecta. Al estudiar en una universidad pública, como la UNAM, todo está ahí dispuesto para ser aprovechado, no basta con decir que tu profesor es malo, puedes investigar, buscar otro profesor, etc. Y según mi ideología habría que asumir la actitud de compromiso conmigo y con la sociedad para hacerme de conocimiento.

En medio de todo esto sucedió que ingresé al Foto Club Ingenieros, a un montón de cursos de matemáticas, computo. Participé en la Huelga y en el CGH de 1999. Viví cosas fantásticas.

De esta manera terminé mi carrera, a destiempo, pues tardé demasiado, pero al final lo logré y obtuve mi primer empleo de Topógrafo y de ahí junto con un amigos fundamos un despacho de Topografía. Luego de unos tres o cuatro años cada quien siguió su camino. Inicié otro proyecto: “Desarrollo, Geomática y Topografía”. Quería incluir en mi negocio el hacer Geomática, entrarle a los mapas, a la cartografía pues, al uso de Sistemas de Información Geográfica. Pero ha sido difícil laborar dentro de estas disciplinas teniendo un despacho de Topografía, pues generalmente se busca a un despacho de Topografía para hacer deslindes, levantamiento,control de obra, etc., pero no para hacer Cartografía, SIG, Análisis Geospacial, visualización de datos.

Entonces, aquí es donde entra tema objeto de este texto: ¿qué es lo correcto en el desarrollo profesional?

Me declaro y reconozco como obsesivo y aunque no alcance a ser compulsivo, creo que esto me ha ayudado ha hacer bien las cosas.

Quiero exponer que desde principios de la carrera he estado coqueteado con tres intereses: el cómputo, los colectivos-comunidades-sociedades y la imagen-fotografía-cine-pintura. A estos interés los amalgamé con la ingeniería para no sentir tanta culpa, para darle un sentido, para no sentir que defraudo a alguien por el tiempo dedicado tanto en hacerme ingeniero como en “desperdiciarlo” estudiando cómputo (que ni le entiendo), andar de chismoso con grupos estudiantiles y practicando la fotografía, entre otras cosas.

Pero es ahora cuando cuestiono si que: ¿Ha sido correcto mantener oculto estos intereses por “ajeno” a mi profesión y darle la categoría de “gustos” o “pasa tiempos” y no darles el espacio y la dimensión que quizás debería merecerse? Y sigo diciendo “quizás” porque no termino de creer que es correcto o posible que algo no tan rígido como la ingeniería pueda ser “beneficioso”

¿De qué estoy hablando? Hablo de que desde al rededor de 1995 o 1996, desde el período intersemestral que entré a un gusto de UNIX, me la he pasado dando probaditas al software libre. La mayoría de las veces influenciado por mi padre. Que ha representado un gusto culposo y absurdo porque no en general no se requiere la para la práctica de la Topografía. ¿Porqué complicarse tanto usando una linea de comandos si no hay razón en hacerlo? Es más, ni siquiera se hacerlo bien o quizás ni sentido de encuentro. Pero aún con eso, hay algo que me llama, una obsesión por la necedad de querer lograr lo más absurdo, simple, sinsentido, quizás. Como en algún momento fue simplemente instalar grass gis 5.x en Red Hat 5.3 y poder elegir en que ventana desplegar una capa cualquiera, era como escribir en la linea de comandos: “d.mon x0”. El sentido de realización, quizás tan absurdo, como poder desplegar un navegador Netscape ejecutado desde en una estación de trabajo remota, en la cual tengo cuenta, estado yo en un laboratorio de computo en otro edifico.

Por esto mismo. hace algunos días, al rededor del 10 de noviembre de 2022, inicié una lista de acontecimientos en los que estuve involucrado relativos a la amalgama que comentaba: ingeniería + software libre + colectivos y activismo + fotografía. Aún no se bien que “categoría” ponerle en este blog. Quizás por que no lo tengo resuelto tampoco en mi vida. Quizás “¿La amalgama?”, no lo creo, no dice mucho. “software libre”, “comunidades”, “geomática”, “geoinformática”, puf.

¿Pero todo esto por qué y para qué?

Por que pienso que ya es momento de explotar financiera, laboralmente pero también emocionalmente esta labor que he venido desempeñando y que aún así no me he creído del todo. Si, si hay trabajo al final de todo esto. Aún metiéndome el pie por no creer que vale la pena tener esos intereses, si hay trabajo. Probablemente habría salido mejor si me hubiera permitido el gusto y reconocido ahí desde el principio de esos intereses. ¿Porqué ha salido bien? La respuesta es esto que repito “Me declaro y reconozco como obsesivo, no creo que alcance el calificativo de “compulsivo”, pero esto me ha ayudado ha hacer bien la cosas.”

No se si llamarle a esto que por fin voy a hacer SIG o algo que involucre computo y cartografía, o que por fin le voy a dar la verdadera dimensión o lugar a mis actividades al rededor del software. Y más aún, no se si en realidad pueda soportar el suficiente tiempo este sentimiento que me llama a olvidarme de “¡Esta pérdida de tiempo!” y me ponga a “trabajar”, como si todo esto que he venido haciendo no valga como trabajo. Puedo decir que lo que me ha falta es “cobrar o beneficiarme o financiar mi actividad”.

Como varias veces lo he dicho “todo es político”, y por lo mismo estas elecciones que le dan una dirección a la vida, a la mía, no estan exentas de ello.

¿El Postre? La siguiente imagen.